D. ARTURO E. XALAMBRÍ
Don Arturo Xalambrí nació en Montevideo el 7 de mayo de 1888, en el hogar formado por el menorquino Antonio Xalambrí y su esposa Juana Salom Sanso. No había cumplido diez años cuando comienza a nacer en Xalambrí su pasión por El Quijote.
Su imaginación de niño se vería colmada por las aventuras del hidalgo castellano y así comienzan a nacer sus ideales: "Yo me he apasionado por D. Quijote porque Io miro como símbolo del ideal cristiano: zamarreado por todos los galeotes que en el mundo han sido, mofado por todas las maritornes, silbado o desconocido... pero que se sostiene siempre incólume en su ideal y nunca desfallece; antes bien, como un Anteo, cobra alientos y se rehace fortalecido con la contrariedad terrena; ese ha sido sostén de mis luchas personales".
Fructificó vigorosa la pasión y el estudio por la obra de Cervantes en aquel adolescente que, de tanto leer EI Quijote, decidió salir un día en busca de las más diversas ediciones y "desfacer entuertos" a través de lo que dio en llamar con el sonoro y peregrino nombre de El Apostolado del Buen Libro. En los anaqueles de su vasta biblioteca se podían apreciar más de quinientas ediciones de El Quijote, entre otros libros de Cervantes y crítica literaria.
Don Arturo Xalambrí llevado de su apasionado amor por la difusión del buen libro, fundó varias bibliotecas. Cumplía cabalmente uno de sus lemas preferidos: "los buenos libros son escalones al cielo. Quien los da sube y hace subir por ellos". Entre sus amigos los libros, y rodeado del amor de su esposa y sus hijas, transcurrió su vida larga y fecunda.
A la luz del sol se le veía caminar en San José de Carrasco, donde culminó sus días, siempre con un libro en la mano. Y así, como al Caballero de la Triste Figura, "en la vida" le alcanzó "la muerte, en vejez suave y madura". Era el 30 de septiembre de 1975.